No más… Primaveras silenciosas
Pon el foco en esto que te voy a contar.
Un análisis del agua que salía del Pantano del Retortillo, que abastece a toda la red del consorcio, detectó un plaguicida «algo» por encima del límite permitido. Un compuesto plaguicida (MCPA) de uso agrícola (0,11 microgramos/litro), cantidades ligeramente superiores al límite legal (0,10 microgramos/litro).
Parece ser que el origen de este plaguicida podría venir de la actividad agrícola de la zona del embalse. Hay que recordar que, según la legislación vigente del Plan Écija, presenta la opción de establecer como límite máximo 0,1 microgramos/litro o 0,5 microgramos/litro, según decida la autoridad sanitaria.
Y yo creo que todos nos preguntamos si sigue siendo necesario que nos recuerden la legislación vigente cuando hablamos de nuestra salud y del futuro de nuestro entorno.
Agricultores comprometidos
Dado el daño ya infligido al medioambiente natural el mero «sostenimiento» de nuestros ecosistemas puede no ser suficiente para compensar el cambio climático y garantizar la productividad a largo plazo de las tierras agrícolas.
Pero, podemos mirar al futuro gracias a que según crece la población de la Tierra y la concienciación de una producción más sostenible de alimentos, sigue creciendo el número de consumidores, agricultores y responsables políticos que tienen interés en la transformación de la agricultura hacia modelos más sostenibles, menos contaminantes y más respetuosos con la salud de las personas y el medioambiente.
Modelos que implican un cambio en la forma de cultivar:
- Enriqueciendo los suelos con el uso de pre y probióticos.
- Reduciendo el uso de pesticidas de síntesis química y de fertilizantes, mediante el uso de productos priming (elicitores), biopesticidas, bioestimulantes, y pre y probióticos.
- Reduciendo las pérdidas por lixiviación o evaporación de dichos fertilizantes, sin alterar la fertilidad del suelo, también con el uso de pre y probióticos.
- Realizando una gestión eficiente del agua y nutrientes, digitalizando sus sistemas de riego y utilizando microorganismos que desbloquean los nutrientes del suelo y los hacen biodisponibles para el cultivo.
- Pensando en el cultivo de alimentos de manera holística y de forma respetuosa con el medioambiente, utilizando productos naturales basados en moléculas bioactivas procedentes de la botánica, la microbiología y las microalgas,
Empleando estos modelos, muchos agricultores avanzan ya hacia una productividad natural que mejora la resiliencia de sus explotaciones a la vez que ofrece un futuro sostenible, respetuoso con la salud de las personas y del medioambiente, en las comunidades rurales donde operan.
Hay cinco principios básicos para lograr la transformación agrícola de un modelo convencional a uno natural:
- Asegurar la productividad natural.
- Minimizar la perturbación del suelo y la contaminación del entorno limitando el uso de fertilizantes.
- Reducir al extremo el uso de insumos químicos favoreciendo entornos libres de tóxicos que potencien la biodiversidad.
- Producir alimentos saludables y nutritivos impulsando sus cualidades organolépticas: sabor y aroma.
- Mantener las comunidades rurales, devolviendo al agricultor el orgullo de producir alimentos saludables y sostenibles.
Un poco de historia
Entre 1950 y principios del siglo XXI, los rendimientos de los cultivos mundiales aumentaron a una escala brutal. Por ejemplo, el rendimiento promedio mundial de cereales aumentó un 175% desde 1960. En 1950, una hectárea de manzanos en los Países Bajos pasó de producir 6 toneladas a 44 en 2015. Y, este tipo de beneficios se lograron fundamentalmente con insumos de síntesis química que no son sostenibles a largo plazo y, con métodos que han podido ser fuente de la degradación y erosión del suelo como, por ejemplo, la desinfección de suelos con productos químicos, que acaban con los microorganismos del suelo (su microbiota).
El desafío (quizás el mayor) al que se enfrenta la agricultura del siglo XXI es mantener la producción y productividad que sea capaz de garantizar alimentos asequibles para el mundo y que, a la vez, mantengan la viabilidad de quienes se dedican duramente a producirlos, nuestros agricultores, pero utilizando/empleando al mismo tiempo métodos e insumos naturales, orgánicos, biológicos.
Agricultura natural y productiva
En KIMITEC nos basamos en hechos y no solo en nuestros resultados que centran la atención de la gran industria con la que colaboramos activamente ayudándola en su transformación hacia un modelo de agricultura más verde y sostenible a través de la investigación y el desarrollo de soluciones innovadoras en el campo de los insumos naturales que llevamos a cabo en MAAVi Innovation Center.
Estrategia de la Granja a la Mesa
El pasado 5 de febrero se volvieron a presentar numerosas enmiendas al informe de opinión del Parlamento Europeo sobre la “Estrategia de la Granja a la Mesa”, el famoso “From Farm to Fork”.
Puesto que se pretende mejorar aspectos relacionados con cuestiones medioambientales, económicas y sociales, impulsando la sostenibilidad, pero manteniendo, como no podía ser de otra forma, la competitividad de las explotaciones agrícolas, ya que, de lo contrario, esto conllevaría a la aniquilación de la agricultura europea.
Si Europa quiere cumplir con los objetivos para el cambio climático, mejorar la seguridad alimentaria, proteger las tierras agrícolas y construir un sistema alimentario más saludable, necesita acelerar estos cambios, mediante una regulación específica para los biopesticidas, por ejemplo, de la que actualmente adolecemos, tal como hemos sido capaces de acelerar los procesos de aprobación de las vacunas para la COVID-19 en menos de un año.
Crear agroecosistemas multifuncionales
Un informe de 2019 sobre el sistema alimentario mundial del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas defendió que la producción mundial de alimentos se beneficiaría de la «agroecología», un enfoque amplio que aplica «principios ecológicos a la agricultura y asegura un uso regenerativo de los recursos naturales y los servicios de los ecosistemas».
De esto se hizo eco del informe 2015 de la FAO sobre el Estado de los Recursos del Suelo Mundial, que aseguró que «los sistemas de producción de alimentos tendrán que cambiar para crear agroecosistemas multifuncionales capaces de mantener un equilibrio entre los rendimientos, las funciones del suelo y la diversidad biológica.
Actualmente en España, según la Encuesta de Comercialización de Productos Fitosanitarios 2018 los fungicidas INORGANICOS representan el 85,6% del total de Fungicidas y Bactericidas y el 44,5% del total de sustancias activas comercializadas, siendo los Microbiológicos o de Origen Orgánico sólo 2,1% dentro de los Insecticidas y Acaricidas que se han desglosado.
Innovar para aumentar la productividad
Esta es la mejor época para innovar, porque hay un sentimiento de urgencia y de falta de recursos. KIMITEC sigue dedicando millones de euros y trillones de esfuerzos en acelerar este cambio por el que ya muchos productores luchan, consiguiendo mantener o incrementar su productividad.
Desarrollando soluciones que además de ser naturales mejoran la capacidad industrial del agricultor, con cultivos productivos, saludables y rentables. Con productos nacidos en MAAVi Innovation Center, el mayor centro de investigación dedicado a la agricultura natural de Europa y acrónimo de “Making A Vision”.
La muerte de pájaros cantores
La misma visión que compartimos con personas pioneras en este ámbito como Rachel Carson, cuyo pequeño vídeo inspirador te invito a ver aquí.
Rachel Carson, investigó sobre el uso indebido de químicos de síntesis en la agricultura y su alto coste para la naturaleza. Esto lo hizo tras recibir una carta que describía la muerte de pájaros cantores como consecuencia del uso del insecticida DDT, (dicloro difenil tricloroetano).
Publicó sus descubrimientos en un libro que tituló “Primavera Silenciosa”, dos años antes de su muerte por cáncer en 1962. Rachel fue una persona tan aplaudida como criticada por defender que todos los pájaros del mundo acabarían desapareciendo si se seguía usando dicho insecticida.
No siendo hasta el 2005, casi 50 años después, cuando el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) plantea en mayo de ese año, la primera reunión del Convenio de Estocolmo sobre Contaminadores Persistentes, la eliminación de 12 compuestos considerados plaguicidas y productos químicos industriales peligrosos que pueden matar a la gente, producir daños en el sistema nervioso e inmunitario, provocar cáncer y desórdenes reproductivos, así como también, perturbar el desarrollo de lactantes y niños, entre los que estaba el DDT, entrando en la clasificación de “altamente tóxicos”; puesto que son estables y persistentes y tienen una duración de décadas antes de degradarse. Son capaces de evaporarse y se desplazan a largas distancias a través del aire y del agua, acumulándose en el tejido adiposo de seres humanos y especies silvestres.
Por eso, considero que debemos luchar por NO más Primaveras Silenciosas y seguir creando un modelo de agricultura natural, productiva y rentable de la manera que desde KIMITEC visualizamos esta necesidad inmediata.
Porque…, «los que habitan entre las bellezas y misterios de la tierra nunca están solos ni cansados de la vida” Rachel Carson.